lunes, 17 de septiembre de 2012

Carta vital.

Querido lector desconocido:

Me vuelvo a mostrar ante tí, a través de estas líneas, con el objetivo de que seas partícipe de los pequeños, a la par que importantes acontecimientos, que están llenando mi vida de cambios y emociones.

En primer lugar, a pocos días del fin de este tan esperado pero tan corto verano, me acordaré de una frase que me ha acompañado durante los últimos períodos estivales y ahora comienza a tener sentido: " ¿Quién sabe cuándo habrá otro verano?"- ( Las bicicletas son para el verano, Fernando Fernán Gómez).

Terminaba aquel septiembre de 2005. Daba comienzo mi etapa universitaria, y al igual que ahora, siete años después, intuía que podía ser un punto de inflexión que derivaría en grandes alteraciones en lo que había sido mi vida hasta ese instante.

Como apuntaba, han sido siete años "complejos". Han sido siete años de grandes alegrías, de inolvidables momentos y lo más importante, inolvidables personas que espero me acompañen durante toda mi existencia. Sin embargo, ha sido la época de mi vida más complicada, en la que la tristeza y la decepción me han acompañado asíduamente, quizá más de lo que pensaba podría soportar. Aun así, a pesar de todo, creo que siempre he conseguido levantarme, y siempre lo he hecho con una sonrisa en la cara, incluso en las peores situaciones.

He perdido, prácticamente, siete veranos, tratando de atenuar los fracasos que se acumulaban a mis espaldas. Pero la diferencia entre el anterior "prácticamente" y el "completamente", hacía que disfrutase de los segundos de libertad veraniega con mucha más intensidad. Tanto es así, que cada año, con el comienzo del otoño, me invadía la nostalgia al recordar mis triste pero intenso verano.

Y aquí estoy, septiembre de 2012, y he conseguido licenciarme. Todo se ve de otra manera. Todas las ocasiones en que pensé desistir, cesar en mi empeño por terminar, se ven lejanas y difusas. Acabas y superficialmente, sólo recuerdas las cosas buenas. Es una de las mayores virtudes que tenemos las personas: al conseguir nuestros objetivos, todos los obstáculos y todas las penurias que hemos pasado hasta lograrlos, desaparecen, o al menos se alivian, e incluso, se "dulcifican".

Durante estos días, todo han sido buenas noticias. Además de conseguir concluir mi etapa universitaria, parece que mi futuro se clarifica, tras largos períodos de reflexión, duda, incertidumbre e incluso ansiedad. Podrán demostrarse como buenas o malas decisiones las que he tomado, pero nunca dejarán de ser "mis" decisiones, y jamás me arrepentiré de que así lo sean . Ya conseguí superar, hace algún tiempo, mi estadio de continuos arrepentimientos por cada decisión tomada y cada actuación realizada ; y espero y deseo, no volver a pasar por ello.

Para concluir, te quiero dar las gracias a tí, lector desconocido, por estar ahí, tras ese espejo imaginario, contribuyendo y participando en mi necesidad de plasmar mi senda vital a través de este blog. Espero nunca perder las ganas y el deseo de seguir escribiendo.



                                                                                     Atentamente, siempre tuyo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario