Deseos velados como fotografías mal reveladas. Sentimientos enquistados y almacenados en cajones vacíos que mi mente quiso (y no pudo) olvidar. ¿Dónde quedó la fuerza, el arrojo necesarios para poder decidir libremente el camino a seguir, sin importar lo demás? Es difícil, cuanto menos, apartarse de la realidad marcada durante tantos años y dar una vuelta de tuerca cuando estás cerca del final. Pero seguro que esa vuelta de tuerca, si de verdad es querida, vale más que todo el tiempo siguiendo una línea argumental de un "best seller" en el que no te sientes protagonista, aunque en teoría te pueda reportar mayores beneficios que el pequeño manuscrito que te empiezas a plantear escribir.
Cada minuto me intento autoconvencer de que no merece la pena tirar por la borda algo que se empezó a cimentar hace años, un edificio de ilusiones y desilusiones, pero donde no tengo seguro querer vivir el resto de mi vida. Sin embargo, busco cualquier excusa para poder pensar, expresar y navegar entre lo que de verdad podría colmar mis aspiraciones.
Es muy fácil escribir de ello y ponerlo bonito para que todo el mundo me anime a romper con lo establecido y buscar un futuro cercano a lo que me satisfaría. No obstante, la realidad es otra cosa, el tiempo empeñado, los sufrimientos padecidos, los golpes de luz que iluminaron algunos momentos...no pueden quedarse en el olvido y no cumplir la función para la que fueron encomendados....
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