viernes, 18 de noviembre de 2011

Lueve

Llueve. No como otras veces; llueve a través de mi ventana, pero siento como las gotas de lluvia se pasean por mi interior, despertándome del triste letargo en el que me veo inmerso. Estos últimos chaparrones otoñales, que pasarán sin pena ni gloria por los alféizares de la mayoría de las casas, se reflejan a través del cristal de mi habitación como el fin de un ciclo; su momento se termina, y no pueden defraudar alejándose sin, por lo menos, inundar mi mundo por última vez y cerrar definitivamente su puerta, sabiendo que para cuando regresen, no existirá ni esa puerta, ni ese mundo, ni ese yo....

Llueve. Discurre el agua de lluvia llevándose mi otoño por delante; no hay cambio aún de estación, pero la última hoja que me quedaba, fue arrastrada por las pequeñas gotas que hicieron que me asomase a la ventana, que me asomase a mi nueva realidad...

Llueve. Sonrío. Empiezo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario