domingo, 11 de marzo de 2012

11M

Nadie merece ser conocido por pertenecer a ese grupo de gente, de personas, que nunca debió existir; que tienen el dudoso honor de ser famosos por haber perdido la vida a manos de otro grupo de personas, si se les puede calificar de esa manera, que resquebrajan el equilibrio de la humanidad apoderándose ilegitimamente del derecho de decidir sobre las vidas ajenas. Si pudiera cambiar algo, eliminaría estos dos totalmente prescindibles grupos, y haría un poco más coherente al ser humano. Mientras tanto, sólo me queda acordarme de todos aquellos que no merecieron perder su vida a manos del terrorismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario