Un sepulcro de sentimientos encontrados; una tempestad de necesidades de autorrealización que me llevan a confiar cada día en conseguir escapar de la mencionada trampa, tela de araña, como queráis, que imposibilita que una puerta más se abra, ¿quizá la última? no lo sé, pero sé que cada una de ellas que he traspasado, ha provocado que mi paz interior se haya incrementado y que haya deshecho unos pocos hilos del corsé que aún limita mi desarrollo pleno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario