Quién supo entender tus lágrimas al anochecer,
mientras yo perdía mi vida cantando hasta el amanecer.
Dónde esta el culpable que nos hizo perecer,
yo entre acordes desgañitados y tú, esperándome.
Cuándo te diste cuenta de que no te hacía feliz,
y entregaste tu vida a quien sabría cuidar de tí.
Mi vida entre escenarios, carreteras, melodías de soledad;
quebraron lo que un día llamabas eternidad.
Un lunes olvidado mi vida yo te iba a confesar,
que abandonaba las madrugadas tan lejos de tu aliento,
que tantas veces me hizo levantar.
Ahora escribo en pentagramas de melancolía, tristeza y soledad.
Sin rencores y con deseos, que quien te quiera, lo haga como yo,
pero te lo sepa demostrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario